El masaje del bebé Print
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EL TACTO

El tacto juega un papel muy importante en el crecimiento emocional de tu bebé, especialmente en el desarrollo de la seguridad, la confianza y la independencia.

Un niño al que le han tocado con afecto se sentirá más querido y seguro - sensación que le acompañará toda su vida. Tu bebé quizás todavía no pueda entender tus palabras, pero el tacto es un lenguaje universal -.

Es una manera muy clara de decir a tu bebé "te quiero". Tanto el tacto de la madre como el del padre es esencial para la creación de vínculos afectivos.

Los seis primeros meses de vida son cruciales en el crecimiento del niño. Es muy importante, desde el principio, conectar con el bebé mediante el tacto y los masajes.

 

LA IMPORTANCIA DEL MASAJE

El masaje es el arte de "friccionar bien", de liberar la tensión de todas y cada una de las partes del cuerpo. Es una forma elaborada de contacto que, con asesoramiento y práctica, te ayudará a conocer y comprender mejor a tu hijo.

Durante los primeros meses de vida, los bebés corrigen su posición fetal: estiran los músculos, abren las articulaciones y aprenden a coordinar los movimientos. El masaje es especialmente adecuado durante estos meses de formación. Estimula la coordinación muscular y favorece la flexibilidad, lo que prepara al bebé para desarrollar las futuras destrezas físicas. Es un estupendo medio de preparar el cuerpo, agilizando y mejorando la movilidad y la relajación.

Hay técnicas de masaje apropiadas a cada edad. Durante los dos primeros meses, los masajes deben ser simples, como suaves caricias, en extremidades, espalda y cara. Después de los dos meses, tu bebé estará preparado para responder a masajes más complejos y firmes.

El masaje estimula el sistema circulatorio y favorece: el ritmo cardiaco, la respiración y la digestión de tu bebé. Para la madre el tocar y acariciar a tu hijo favorece la secreción de prolactina, también conocida como la "hormona materna", que interviene en la producción de leche y en la capacidad de relajación.

 

BENEFICIOS DEL MASAJE

- Favorece la comunicación

- Fomenta la confianza y la unión

- Descarga la tensión, la ansiedad e irritabilidad; por ello dormirá mejor.

- Calma los cólicos y problemas digestivos

- Ayuda a ganar peso

 

CÓMO PREPARAR EL MASAJE

Para conseguir que el bebé esté a gusto y se mantenga receptivo durante el tiempo del masaje, tan sólo se requiere algo de atención y preparación. Los recién nacidos suelen tener un período de atención bastante breve, por lo que el masaje debe consistir sólo en unas cuantas repeticiones de cada técnica.

Procura hacerlo todos los días, a una hora en la que el bebé esté receptivo, no tenga hambre ni esté irritable. No intentes practicar masaje cuando no sea de su agrado. El propósito del masaje es proporcionar un placer mutuo, por lo tanto concéntrate y presta atención a las manos. El masaje es una experiencia relajante, por lo que se debe estar tranquilo.

La capacidad de poder relajarse de una manera consciente constituirá una gran ventaja para tu hijo a la hora de hacer frente a las presiones del crecimiento; enseñarle a relajarse desde pequeño es una oportunidad maravillosa.

 

CÓMO EMPEZAR EL MASAJE

1- Asegurate de estar cómodos/as y de disponer de unos 15 minutos. Prepara el ambiente, pon una música tranquila que contribuya a la relajación.

2- La habitación deberá estar caldeada, a una temperatura constante durante el tiempo que se prolongue el masaje. Prepara una superficie suave en la que podáis tumbar al bebé. Asimismo, debeis tener a mano un pañal limpio o una toalla suave por si fueran necesarios. Lo mejor es practicar el masaje cuando el niño está desnudo, sobre todo después del baño, pero también se puede hacer con la ropita puesta.

3- Para el masaje del bebé se necesítan muy pocas cosas.

Para reducir la fricción sobre la delicada piel del bebé es conveniente hacer uso de aceite, que ha de estar templado. El aceite hace más suaves los movimientos de la mano de la persona que practica el masaje y se deberá hacer un uso generoso de éste durante el masaje.

4- Aplicar la cantidad de aceite específico para bebés que sea suficiente como para que las manos se deslicen suavemente por todo el cuerpo del bebé. Empieza con toques lígeros para, posteriormente, ir incrementando gradualmente la presión, a medida que coges confianza y tu hijo se acostumbra a recibir el masaje.

5- Para ayudarle a que se relaje aún más, centra tu atención en la zona del cuerpo del bebé y enseñale cómo relajarla. Por ejemplo, BRAZO: brazo tenso y rígido, cógelo y zarandéalo suavemente diciendo RELÁJATE para después sonreirle. Esto puede repetirse con todas las demás partes del cuerpo. Así ayudarás a tu pequeño a centrar la atención en su propio cuerpo y más adelante, poder relajarse por sí solo.

 

LO QUE HAY QUE RECORDAR

- A veces el bebé puede estar cansado e incluso la más mínima estimulación es demasiada para él. El niño necesita descansar. Vuelve a intentarlo después de que haya dormido.

- Cuando el bebé haya empezado a gatear gastará más enrgía, por lo que no necesitará tanto masajes como antes.

- Durante la dentición no olvides darle masajes en la cara; acaricia y besa al bebé para aliviar la tensión en esta zona.

- Recuerda: eres el espejo de tu bebé. Él reflejará la actitud que note en ti, por lo tanto asegúrate de estar relajado/a antes de empezar.

- El masaje no debe de ser una rutina mecánica. Debe ser una actividad alegre que satisfaga tanto a tu bebé como a ti.

 

¡¡Que lo disfruteís!!